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miércoles, abril 16, 2008

CHARLES BAUDELAIRE -- EL CUARTO DOBLE

CHARLES BAUDELAIRE
EL CUARTO DOBLE
*MIEDOS INTERIORES*


Un cuarto que parece un desvarío, un cuarto verdaderamente espiritual, donde la
atmósfera estancada está ligeramente teñida de rosa y de azul.
El alma allí toma un baño de pereza, aromatizado por el remordimiento y el deseo. Hay
algo de crepuscular, de azulado y de rosado, un delirio de deleite durante un eclipse.
Los muebles tienen formas alargadas, postradas, lánguidas. Los muebles tienen aire de
soñar; se dirá dotados de una vida sonámbula, como lo vegetal y lo mineral. Las
materias hablan una lengua muerta como las flores, como los cielos, como los soles
ponientes.
Sobre los muros ninguna abominación artística. Relativamente al sueño puro, a la
impresión sin analizar, el arte definido, el arte positivo es una blasfemia. Así, todo tiene la suficiente claridad y la deliciosa obscuridad de la armonía.
Un aroma infinitesimal de la elección más esquisita, a la que se mezcla una muy ligera humedad, nace en esta atmósfera donde el espíritu durmiente es mecido por
sensaciones de sofocación.
La muselina cae abundantemente delante de las ventanas y delante de la cama; se
expande en cascadas nevosas. Sobre esa cama está acostado el Idolo, la soberana de
los sueños. ¿Pero cómo está ella ahí? ¿Quién la ha traído? ¿Qué poder mágico la ha
instalado sobre ese trono de desvarío y deleite? ¡Qué importa! ¡Allá está! Yo la
reconozco.
Vean bien esos ojos cuya llama atraviesa el crepúsculo; esos sutiles y terribles
mirones, que reconozco por su tremenda malicia! Atraen, subyugan, devoran la mirada
del imprudente que los contempla. Frecuentemente los he estudiado, esas estrellas
negras que comandan la curiosidad y la admiración..
¿A qué demonio benevolente debo el estar así rodeado de misterio, de silencio, de paz
y de perfumes? ¡Oh Beatitud! Eso que nombramos generalmente la vida, aún en su
expansión más feliz, no tiene nada en común con esa vida suprema de la que ahora
tengo conocimiento y que saboreo minuto por minuto, segundo por segundo.
¡No! ¡No hay más minutos! ¡No hay más segundos! El tiempo ha desaparecido: es la
Eternidad que reina, una eternidad de delicias.
Pero un golpe terrible, torpe, resuena en la puerta, y , como en los sueños infernales, me ha parecido que recibía un golpe de azadón en el estómago.
Y luego un Espectro ha entrado. Es un oficial que viene a torturarme en nombre de la
ley; una infame concubina que viene a gritar miseria y a agregar las trivialidades de su vida a los dolores de la mía; o bien el testaferro de un director de diario que reclama el término de un manuscrito.
El cuarto paradisíaco, el ídolo, la soberana de los sueños, la Sílfida, como decía el gran René, toda esa magia ha desaparecido al golpe brutal asestado por el Espectro.
¡Horror! ¡Me acuerdo! ¡Me acuerdo! ¡Sí! Esa choza, esa estancia del eterno tedio, es
bien la mía.

He aquí los muebles fatuos, polvorientos, descornados; la chimenea sin llama y sin
brasa, manchada de escupidas; las ventanas tristes donde la lluvia ha trazado surcos
en la polvareda; los manuscritos, tachados o incompletos; el almanaque donde el
crayon ha marcado las fechas siniestras!
Y ese perfume de otro mundo, en el que me embriago con una sensibilidad
perfeccionada, ay!
Ha sido reemplazado por un fétido olor a tabaco mezclado con no sé qué nauseabundo
moho.
Se respira aquí ahora lo rancio de la desolación.
En ese mundo estrecho, más sí pleno de disgusto, un solo objeto conocido me sonríe:
el frasco del láudano; un viejo y terrible amigo; como todos los amigos, ay! fecundo en caricias y en traiciones.
¡Oh! ¡Sí! El Tiempo ha reparado
; el Tiempo reina soberano ahora; y con el horroroso
viejo ha vuelto todo su demoníaco cortejo de Recuerdos, de Remordimientos
, de
Espasmos, de Pavor, de Angustias, de Pesadilla, de Cóleras y de Neurosis
.
Yo les aseguro que los segundos ahora están fuertemente y solemnemente
acentuados, y cada uno, saltando del péndulo, dice: "¡Yo soy la Vida, la insoportable,
la implacable Vida!"
No hay más que un Segundo en la vida humana que tenga la misión de anunciar una
buena nueva, la buena nueva que causa a cada uno un inexplicable pavor.

¡Sí! El Tiempo reina: ha retomado su brutal dictadura. Y me empuja con su doble
aguijón
. —" ¡Y arre así! ¡borrico! ¡Suda así, esclavo!, ¡Vive así , maldito!

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